La Tercera Auditoría de la Carne determinó que los problemas de machucamiento por golpes en el ganado representan pérdidas económicas de unos US$ 12 millones anuales en la carne, un incremento de más de 40% con relación a la auditoría anterior, efectuada hace cinco años.
Este tema fue destacado a El Observador por el gerente de Calidad del Instituto Nacional de Carnes (INAC), Ricardo Robaina, quien agregó que esas pérdidas fueron determinadas midiendo a valores de hoy todos los componentes del negocio, desde el precio de los ganados a los de la carne. A valores de hoy la pérdida por los machucamientos de la auditoría anterior sería de poco más de US$ 8 millones.
Contrariamente a lo esperado, los machucamientos en lugar de bajar con relación al estudio anterior aumentaron, lo cual es preocupante por las pérdidas económicas en la producción y porque además Uruguay tiene un compromiso con los mercados en materia de bienestar animal.
“Además de las pérdidas económicas, Uruguay, que ha trabajado fuerte en el tema del bienestar animal, no puede tener animales machucados”, sostuvo.
Robaina admitió que disminuyeron las pérdidas por otros conceptos y que el único que llamó la atención fue el de los machucamientos. La auditoría es desarrollada por INAC junto al Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y la Universidad de Colorado de Estados Unidos.
Caracterización de la calidad
La Auditoría de la Carne Bovina y Ovina se realiza cada cinco años y mide básicamente aspectos de calidad de la carne. En la última, concretada en 2013/2014, se evaluaron 22 mil vacunos en 10 plantas de faena y 11 mil ovinos en cuatro plantas.
Robaina explicó que se caracterizan aspectos de calidad, por ejemplo se sabe cuál es la medida del ojo de bife de los animales que faena Uruguay en función de su categoría. Eso después sirve en las negociaciones de comercio cárnico para saber si Uruguay puede aceptar la exigencia de un mercado con respecto al área de ojo de bife exigido.
El jerarca de INAC resaltó la importancia del mencionado estudio citando el acápite del trabajo, que será publicado próximamente, que refiere a que “lo que no se mide no se puede gestionar ni mejorar”.
En ese contexto, Robaina remarcó que todos los que están en la cadena cárnica estaban convencidos de que los machucamientos de los ganados habían disminuido entre la segunda y la tercera auditoría y, sin embargo, se comprueba que aumentaron.
Con la lupa de la genómica
Ricardo Robaina destacó también los proyectos vinculados a la calidad de la carne que habrán de continuar en 2016, entre los que sobresale en primer lugar el trabajo en red con la participación de numerosas instituciones públicas y privadas, como es el uso de la genómica en la ganadería. Fue destacado en 2015, pero habrá de continuar este año en dos puntos que son fundamentales: eficiencia de conversión y calidad de la canal.
Fuente: por Hugo Ocampo. El Observador Agropecuario
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