Lo primordial es la humedad, cuando esta supera el 20% y la temperatura ambiente está por los 40˚C, se ocasiona pérdida de nutrientes.
Especial para EL LÍDER
La henificación es un método de conservación seca de forrajes, producida por una rápida evaporación del agua contenida en los tejidos de la planta. Lo primordial en la elaboración del heno es bajar la humedad lo más rápido que sea posible, minimizar la actividad celular y la de microorganismos existentes, y de esta forma mantener la calidad del forraje durante varios meses.
Si estos principios se cumplen no se deben presentar pérdidas en la calidad nutricional de los forrajes. Igualmente, al adquirir o producir un heno de óptima calidad, se garantizará una mejor rentabilidad dentro la empresa ganadera.
Conservación de forrajes en forma de henos
El objetivo de la conservación de un forraje es mantenerlo almacenado sin perder la calidad inicial, teniendo en cuenta la edad (que garantiza el volumen), valor nutritivo, y por lo tanto, el potencial productivo. Es de destacar que esto varía para gramíneas y leguminosas. El heno, al ser un forraje conservado, ayuda a contrarrestar la falta de alimento en épocas de escases (como los fuertes inviernos en el Caquetá), y a equilibrar las dietas de los animales durante todo el año, permitiendo aumentar la producción animal (litros de leche y kilogramos de carne por hectárea).
El heno puede utilizarse en rumiantes, equinos, caprinos y también en proporciones bajas como suplemento en la dieta de animales monogástricos. Proporciona nutrientes menos costosos que los ofrecidos por los alimentos balanceados. El nivel de suplementación para bovinos puede estar entre 0,5 a 1,0% del peso vivo en materia seca (lo que en términos prácticos significa entre 2 y 5 kg de heno por animal).
Aspectos a considerar
Para obtener un heno de gran calidad es indispensable tener en cuenta tres aspectos de vital trascendencia que son:
Biológicos: Conservar pero evitando la pérdida de nutrientes; preservar impidiendo efectos negativos en la salud animal; y durabilidad del alimento conservado, con un valor nutritivo estable.
Tecnológicos: Optimizar la potencialidad productiva de los forrajes, y a la vez, utilizar eficientemente los recursos disponibles ya sean materiales y humanos, y también, elegir la mejor opción en función de los recursos disponibles.
Económicos:Buscar queel balance sea positivo, es decir, que la inversión no supere los ingresos, además, los incrementos productivos no deben implicar pérdida de eficiencia (Franco et al. 2007).
La henificación se basa en la desecación de los forrajes que detiene los procesos biológicos en los mismos y limita la acción de los microorganismos. La preservación depende del secado rápido y la pérdida de humedad suficiente, logrando ser un heno óptimo al lograr una humedad del 10 al 15 %.
La eficiencia de la henificación como método de conservación de forraje depende de la humedad final. Si se logra un buen secado, el forraje puede almacenarse en forma de heno sin que se deteriore la calidad. Se ocasionan pérdidas de nutrientes cuando la humedad final del heno supera el 20% y la temperatura ambiente supera los 40 ºC, y al facilitar el crecimiento de hongos. Las especies forrajeras más utilizadas para henificar son las gramíneas Angleton, Pangola, Estrella y Mulato; estas pueden ser utilizadas solas o en asociación con leguminosas.
Si bien la especie forrajera es importante, lo que determina la calidad del heno es el momento del corte. A medida que el pasto crece y madura, se incrementa la cantidad de materia seca por hectárea, pero va descendiendo el contenido de proteína, la digestibilidad y la capacidad de ser consumido en forma voluntaria por el animal. Es por esto que se busca realizar el corte de una pastura para henificar en el momento en el que se dé un balance adecuado entre producción de materia seca (óptimo económico) y calidad nutricional del forraje (óptimo biofísico).
Evalúe el Heno
La evaluación de calidad nutricional del heno es precisa mediante el análisis en laboratorio de varios factores (proteína cruda, fibra, digestibilidad), pero es importante saber evaluar visualmente el producto, así: la proporción de hojas debe ser la mayor posible, el color es fundamental, el adecuado es verde brillante, si es amarillo puede tener excesiva exposición al sol, con capas blancas se debe a indicios de hongos y colores marrones por calentamiento en temperaturas mayores a 50-60 grados centígrados.
Dadas las condiciones analizadas, es fácil concluir la dificultad del proceso de henificación en las condiciones del Caquetá, pues lograr un buen y rápido secado en nuestras condiciones ambientales, se hace difícil, por lo que se arriesga la calidad en la conservación de los nutrientes, teniendo una materia seca final difícilmente adecuada.
Publicado el 29 de noviembre de 2014 FUENTE: El Lider