El valor del dólar deja al sector agroalimentario chileno como el mejor posicionado dentro de una América Latina que tendría un ritmo de crecimiento más lento.
Parte importante de los buenos resultados económicos que en los últimos años ha tenido América Latina ha sido gracias al rápido crecimiento que traía China, lo que apoyó el desarrollo de la región como exportador de agroalimentos y productor de materias primas. Fue eso lo que, en parte, llevó a que los países de la región comenzaran a registrar superávits comerciales elevados. Pero, según lo que se ve en el último tiempo, da claros indicios de que este período de bonanza ha terminado.
“Después de muchos años creciendo de cerca del 10% al año, la actividad de China ha perdido su ritmo. Como consecuencia, los precios de los productos básicos han comenzado a caer, lo que afecta a las tasas de expansión de América Latina. Se espera que el PIB de la región crecerá un 2% en 2015, 0,7 puntos porcentuales de diferencia con 2014, que fue de un 1,3%, y mucho menor que los años anteriores”, indica Louis des Cars, CEO de Coface Chile.
El análisis más en profundidad de la región muestra que los países no tomaron la oportunidad de los años con buenos ingresos para implementar reformas, por ejemplo, en infraestructura.
El país mejor posicionado en América Latina es Chile, pero solo ocupa el lugar 49 en el ranking mundial de 144 países. A ello se agrega, indican en Coface, que la región está separada en dos en cuanto al modelo económico a seguir. Por un lado, los países del Pacífico -México, Chile, Colombia y Perú- están defendiendo el libre mercado y el libre comercio; mientras que en el otro grupo, compuesto por los países del Atlántico, se enfocan en un modelo en el que el Estado tiene un papel importante en la economía y donde se mira la globalización con desconfianza.
“El primer grupo creó la Alianza del Pacífico y ha estado tratando de mejorar las asociaciones comerciales fuera del continente, mientras que el segundo permanece básicamente atrapado al Mercosur”, comenta Des Cars. De acuerdo con los antecedentes económicos, al considerar la actividad en el 2013 y las previsiones de Coface para 2014 y 2015, el PIB ha ido aumentando a un ritmo mayor en el lado del Pacífico.
“En ese orden, la perspectiva general para América Latina es entre mediano y alto riesgo. Este resultado se consigue en base a un promedio ponderado de los PIB de cada país. Es importante señalar que las cinco principales economías, Brasil, México, Argentina, Colombia y Chile, representan en conjunto el 83% del PIB de la región”, explican en la entidad.
En ese contexto de lento crecimiento del PIB regional, muchos sectores de la economía reportan un deterioro de su percepción de riesgo, como lo es el agroalimentario, que está en clasificación medio. “Es decir, son más susceptibles de caer en un atraso, impago o definitivamente en un default. En el caso de Chile es distinto, dado el alto valor del dólar. Lo importante es aprovechar esta tremenda oportunidad, teniendo presente que el sector debe tomar medidas de monitoreo y asegurar en la transacción el retorno de las divisas, porque de lo contrario los puede llevar a tener problemas en su cadena de pago de sus compromisos financieros”, explica Louis des Cars.
La proyección indica que es poco probable que en 2015 la actividad en América Latina aumente en el mismo ritmo anterior. “La intensidad del efecto de esto en cada una de las economías de la región depende de la importancia de las exportaciones como proporción del PIB en el país”, indica el experto. Por ejemplo, Brasil es una economía cerrada, ya que las exportaciones representaron solo el 11% de su PIB. La proporción es más significativa en Argentina, con un 13%; en Colombia, con un 17%; en Perú con un 25%; y finalmente en Chile, con un 27%.
“De este modo observamos que, no obstante América Latina no volverá en lo inmediato a crecer a tasas anteriores, Chile está mejor flanqueado, dado que figura como el mejor en América Latina y, en particular, el sector agroalimentario, con un tasa histórica del dólar al alza, cuestión que permite una buena temporada”, agrega Des Cars.
La perspectiva general para América Latina es entre mediano y alto riesgo.