En condiciones y pesos adecuados, el 74% de las hembras de este proyecto alcanzó esa meta.
Un proyecto de recría de hembras ha demostrado que a pesar de la gran dispersión en los pesos de los terneros al destete entre los predios monitoreados todos coinciden en la importancia de entorar a los 2 años, en las condiciones y con los pesos adecuados.
En ese marco el porcentaje de hembras que llegaron a los 2 años al peso y desarrollo de entore fue de 74%, frente a un promedio nacional de 58%.
El tema fue destacado a El Observador Agropecuario por Esteban Montes, coordinador del proyecto de recría de hembras que impulsa el Instituto Plan Agropecuario (IPA), en conjunto con productores, a partir de un fondo para transferencia de tecnologías y capacitación del sector agropecuario creado por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP).
Para este proyecto fueron seleccionados 15 productores colaboradores en todo el país, con cierto destaque en la temática elegida, que en esta oportunidad fue la recría de hembras en vacunos de carne. El relevamiento de la información a nivel predial se llevó a cabo entre octubre de 2013 y noviembre pasado. Se entendió que en el país hay 58% de las vaquillonas que se entoran a los 2 años de edad, pero luego un porcentaje importante de ese grupo tiene problemas con la preñez en el segundo entore.
Se consideró entonces que el proceso de recría de las hembras en vacunos de carne tenía un efecto directo, siendo notorio en el porcentaje de entore a los 2 años y de forma indirecta en el porcentaje de preñez en el segundo entore.
“Esto quiere decir que en la medida que una vaquillona llega bien al primer entore, eso facilitará el proceso para el segundo entore. Por eso este proyecto se enfoca en el relevamiento y difusión de mejoras en la recría de hembras de vacunos de carne”, sostuvo Montes.
En ese marco, luego de seleccionados los productores fueron monitoreados en sus sistemas de producción para ver de qué forma se podían transferir los datos recogidos y las experiencias acumuladas al resto de los productores interesados, que fue la tarea desarrollada en 2014.
Precisamente el viernes 5 de diciembre pasado se llevó a cabo en un predio próximo a San Gregorio de Polando, en Tacuarembó, una jornada de devolución de la información y discusión desarrollada junto a los productores colaboradores y técnicos invitados de la investigación, la academia y del IPA.
A través de los talleres realizados durante el proyecto, los productores plantearon que, si bien había que tener en cuenta todo el proceso de recría de la hembra, donde los animales pudieran tener ganancias de peso y situaciones favorables para poder crecer razonablemente, consideraban que el primer invierno era fundamental. Y entendieron que en ese período tenía que haber ganancias o –por lo menos– mantenimiento de peso.
Otro aspecto importante fue el tema sanitario a tener en cuenta y la oferta de alimentos en función del ajuste de carga o por la disponibilidad de suplementos. También los productores plantearon el loteo de los animales, haciendo el aparte de acuerdo a los tamaños y asignar alimentos en forma diferencial de acuerdo a ese detalle de tamaño.
Es clave obtener un buen peso al destete puesto que es un factor muy importante, así como también toda su evolución. Se explica así por qué un animal con bajo peso tiene un camino más largo a recorrer y, si bien hay elementos para corregir, teniendo un buen peso en su inicio es mucho mejor.
Por otra parte, al ser consultados los productores sobre los puntos que no tienen claro en la recría de hembras, mencionaron dudas sobre la suplementación mineral y también acerca de variaciones sobre la ciclicidad de la vaquillona de acuerdo al peso. Plantearon por ejemplo que a veces había vaquillonas con 280 kilos que estaban ciclando y otras que no. También mencionaron cómo influye la pérdida de peso en las diferentes etapas.
Las satisfacciones del trabajo en el campo
Los técnicos del Instituto Plan Agropecuario (IPA) hicieron una evaluación muy positiva del proyecto de recría de hembras, ya que el objetivo “que nos planteamos inicialmente pretendía que fuera participativo y creemos que eso se logró”, dijo el técnico del IPA, Esteban Montes. Había datos relevados en los predios que luego se difundían en las jornadas, pero a su vez había una cosa importante a trasmitir que era cómo piensa el productor para tomar las decisiones, explicó.
En ese marco, y en cada jornada que se hizo en cada uno de los 15 predios participantes, el protagonista fue el productor anfitrión a pleno campo, que es donde se siente más cómodo. Mirando sus animales y sus pasturas, el productor se siente más propenso a transmitir sus conocimientos, lo que resulta más fácil que ponerlo en un salón a contar su historia productiva.Lo que se trataba de transmitir en esas jornadas eran los distintos procesos en las diferentes categorías del establecimiento. Por ejemplo, se veía la ternera destetada este año, la vaquillona nacida el año pasado –que era monitoreada– y las vacas de primera cría, algunas vacas multíparas.
De esa forma se podía ver todo el proceso de forma que el productor podía expresar lo que hacía y sobre todo su pensamiento sobre las distintas categorías al momento de aplicar las tecnologías. Montes destacó a manera de conclusión que lo importante es que el tema se puso en el tapete, donde se vieron casos reales, que fue uno de los aspectos que precisamente los productores destacaron como importante.
Publicado el 2 de enero de 2015 FUENTE: El Observador