Cuatro prácticas agronómicas de manejo sustentable de los suelos para contribuir a la mitigación del cambio climático serán objeto de estudio del proyecto “Una NAMA agrícola para Chile, para la mitigación de las emisiones de gases efecto invernadero, a través del manejo sustentable de los suelos”.
El ingeniero agrónomo Dr. Carlos Ovalle, responsable del proyecto explica que la agricultura chilena no solamente es responsable de una parte importante de las emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera (50% del metano, 70% del óxido nitroso y 20% de las emisiones de CO2), sino que puede contribuir a su mitigación a través del secuestro de carbono atmosférico, como carbono orgánico de los suelos.
Este es un proyecto de bien público financiado por Innova Chile de Corfo, que ejecuta el INIA en conjunto con la Universidad de Concepción y cuyo mandante es el SAG y el Ministerio de Medioambiente. Tiene una duración de tres años (2014-2017) y posee una cobertura geográfica que abarca las regiones de Valparaíso a la Región de Los Lagos.
La estrategia para mitigar son las NAMAs, cuya sigla significa Acciones Nacionalmente Apropiadas de Mitigación. La NAMA agrícola es una forma cómo la agricultura contribuye a la mitigación de las emisiones de gases efecto invernadero a través del secuestro de carbono en el suelo.
¿Cómo se va a capturar el carbono en los suelos? Es la interrogante que se hace el Dr. Carlos Ovalle. “El establecimiento de cubiertas vegetales y praderas, la cero labranza, la aplicación de materia orgánica compostada y guanos estabilizados y los abonos verdes e incorporación de rastrojos son las prácticas de manejo agronómico que más contribuyen a mejorar e incrementar el contenido de materia orgánica en el suelo”.
Chile fue uno de los primeros países en presentar acciones nacionalmente apropiadas de mitigación al registro de las Naciones Unidas. De acuerdo a los datos entregados por el Dr. Ovalle, “las reducciones esperadas de estas cuatro prácticas agronómicas de mitigación se estiman en unos 10,8 millones de toneladas de CO2 por año”.
La iniciativa de NAMA Agrícola para Chile considera la evaluación del potencial de estas prácticas agronómicas para la mitigación de emisiones. Destacó el Doctor Carlos Ovalle, que en Chile existen 743.000 has de cultivos y 1.055.354 has de praderas bajo manejo sobre un total de 10 millones de praderas. Por lo tanto, enfatizó, “hay un campo enorme para secuestrar carbono a través de la pradera”.
La iniciativa de un Nama Agrícola para Chile, explicó el Dr. Carlos Ovalle, está orientada a determinar los impactos de las principales prácticas de conservación de suelos del SIRDS- S (Sustentabilidad Agroambiental de los Suelos Agropecuarios ) sobre los servicios ecológicos de los sistemas agrícolas en orden a determinar su contribución a la mitigación de las emisiones de gases efecto invernadero, en particular al secuestro carbono de los suelos.
Cabe recordar, que hace 15 años, el Ministerio de Agricultura, desarrolla el programa de fomento al manejo sustentable de los suelos, denominado SIRDS- S y cuyo horizonte de existencia es hasta el 2022. Uno de los objetivos de este programa es mejorar la condición de los agroecosistemas afectados por la erosión y degradación de los suelos en las áreas de mayor fragilidad ambiental, económica y social. El Dr. Carlos Ovalle asegura que es “de gran utilidad que nuestro país cuente con esta herramienta de fomento para la sostenibilidad de agricultura”.
El proyecto se inició en septiembre del 2014 y en lo que va de ejecución, el equipo técnico se encuentra trabajando en terreno en la caracterización de los sitos de muestreo, la toma de muestras del potrero con distintos sistemas de manejo de cultivo, en la medición de diferentes parámetros agronómicos y evaluación de distintas técnicas de captura de carbono atmosférico por parte del suelo.
Los profesionales trabajan con el modelo Century, ideal para estimar o simular los cambios en el contenido de carbono orgánico (COS) bajo diferentes sistemas de manejo de suelos.
Esta iniciativa considera un equipo técnico liderado el Dr. Carlos Ovalle e integrado por Michael Wolff, Paulina Echeverría, José Cares (todos INIA) y Erick Zagal, Cristian Muñoz y Neil Stolpe (de la U. de Concepción). Se propone contribuir al cumplimiento de los compromisos país, adquiridos en agosto de 2010 cuando Chile presentó ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC) su compromiso voluntario de lograr una reducción de 20% de sus emisiones GEI en el año 2020.
El principal resultado de este proyecto, será la creación e implementación de la primera NAMA Agrícola que permita aplicar las prácticas de secuestro de carbono atmosférico por los suelos, que sean validadas como eficientes desde el punto de vista ambiental y económico. “Será un aporte a los compromisos del Estado de Chile, en orden a disminuir sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero”, asegura el especialista.
Fuente: Mundo Agropecuario, 01/10/2015