El uso agrícola de los mejores ambientes edafoclimáticos de la región de la Cuenca del Salado, provocó una reconsideración de los suelos de menor aptitud para la producción ganadera. La aparición de forrajes en los ambientes con suelos deficientes en retención de humedad, salinos y / o alcalinos, han sido orientados a la producción animal.
Puesto que una restricción alimenticia durante la última etapa de la gestación puede resultar en una pobre condición corporal al parto, los técnicos de la Estación Experimental Cuenca del Salado del INTA realizaron un trabajo para evaluar los efectos de mejorar la calidad nutricional de la dieta a través de la inclusión de avena en pastoreo, sobre el consumo de materia seca, y la performance productiva-reproductiva de un rodeo de cría consumiendo sorgo diferido.
Para mejorar la calidad de la dieta en recursos de mediana a baja calidad suelen suministrarse concentrados proteicos, técnica difundida en animales de recría o en invernada pero que no es habitual en vientres de cría. Estas suplementaciones “suelen suministrarse como concentrados en bateas, y exigen una atención diaria, y una infraestructura mínima que suelen no estar presentes en establecimientos de cría de bajo nivel tecnológico, explican los técnicos del INTA a cargo del ensayo, por lo que con el estudio “se propuso mejorar la calidad nutricional de la dieta a través de un verdeo de avena que se pastoreó en forma conjunta con el sorgo diferido”.
El ensayo se realizó en un potrero de 14,6 hectáreas, tendido bajo, que se dividió en cuatro partes iguales. Tres fueron sembradas con sorgo y una con avena. Ambos cultivos en directa, (sorgo 11 kg/ha, + 70 kg/ha de FMA y avena 110 kg/Ha + 80kg/ ha de FMA) que fueron utilizados durante 77 días, entre los meses de mayo y julio, con dos rodeos de 37 animales cada uno, separados por tratamiento de alimentación: Un rodeo con sorgo diferido sólo y el otro con sorgo diferido más avena.
Durante el estudio se utilizaron parcelas de 3,5 días, de manera de hacer 2 parcelas por semana en cada rodeo, asignándoles la misma cantidad de materia seca total a cada rodeo (12 kgMS/vaca/día). Finalmente en agosto, a medida que iban pariendo los animales se unían nuevamente en un sólo rodeo, en un potrero contiguo de campo natural reservado para la parición.
Con el trabajo los técnicos dl INTA Cuenca del Salado pudieron determinar que “la oferta total de forraje fue superior en el rodeo 1 (solo sorgo diferido), debido a que el rendimiento del cultivo de sorgo casi duplico al rendimiento del cultivo de avena”. Esta diferencia “fue haciéndose menor con el pasar del tiempo debido al crecimiento de la avena y a la pérdida de material de sorgo por senescencia, desgrane natural, por pájaros y deterioro normal del cultivo”.
La calidad nutricional de la avena “siempre fue superior a la del sorgo en Energía metabolizable y proteína bruta generando una dieta de calidad superior en el rodeo que utilizó ambos forrajes”.
Según comentan los técnicos “el aprovechamiento del sorgo fue diferente en cada rodeo”. Las vacas que consumieron sorgo solo “lograron un adecuado aprovechamiento al inicio del pastoreo, que fue disminuyendo al acercarse a la parición”. Por otra parte las que consumieron sorgo + avena “siempre lograron una aprovechamiento superior del sorgo, que se mantuvo en el tiempo, gracias al efecto beneficioso de la proteína de la avena en el rumen de las vacas, que mejora la digestión de la fibra”.
Esto determinó diferencias en el consumo total de alimento a favor del rodeo Sorgo + avena, que se incrementaron hacia el final del período de aprovechamiento.
Si bien la oferta de forraje fue mayor en el tratamiento sorgo diferido, principalmente en los dos primeros periodos, el consumo de energía y proteína fue más alto en el tratamiento sorgo+avena. La condición corporal de las vacas (escala 1-5) se mantuvo constante a lo largo del tiempo de aprovechamiento del sorgo, mientras que su peso vivo fue aumentando debido al avance de las preñeces.
“Estos parámetros, indicadores indirectos del estado nutricional de las vacas, no mostraron diferencias entre rodeos”. Sin embargo los técnicos indican que a pesar de ello, “durante la primer ecografía realizada a los 45 días después de parto para evaluar la condición reproductiva, se observó que el rodeo que consumió sorgo + avena tenía una mayor proporción de vacas ciclando”. Esto se tradujo en un incremento de 5 puntos porcentuales en el porcentaje de preñez logrado en este rodeo.
El peso de los terneros al nacer fue similar entre rodeos, mientras que el peso al destete que se realizó 7 meses mas tarde, fue superior en el rodeo cuyas madres consumieron sorgo + avena.
Según comentan los referentes a cargo del estudio “los resultados son promisorios en favor de mejorar la calidad nutricional de dietas con forraje de baja calidad en el último tercio de la gestación incrementando el consumo de energia y aumentando el porcentaje de proteina”.
FUENTE: Revista Chacra