Para el 2050 el consumo de proteínas de origen animal aumentará en un 60 %. Entre las causas se encuentra el crecimiento demográfico y la mejora en la calidad de la dieta de las personas.
El mundo necesitará 700 millones de cabezas de ganado más para abastecer la demanda de proteínas en el 2050, a menos que la producción se vuelva más eficiente. Analistas sugieren que, a los niveles de productividad actuales, la cantidad de cabezas de bovinos y bubalinos deberá crecer de 1,68 mil millones a 2,38 mil millones en 35 años.
Dicha expansión del rodeo se basa en cálculos a partir de los niveles actuales de productividad para satisfacer a una población de 9 mil millones de personas, y un aumento del 40% en la demanda de carne.
Al margen del crecimiento demográfico, habrá 3.000 millones de personas que engrosarán las filas de la clase media durante estos años. Es más, en ningún otro momento de la historia ha habido tantas personas que se incorporen a la clase media como en el periodo que va de aquí al año 2020. A pesar de que el significado de “clase media” varía según el lugar, una manera sencilla de expresarlo es decir que miles de millones de personas vivirán mejor.
Y es ahora cuando esto comienza a suceder. Sea cual sea la cifra específica de ingresos, hay un elemento recurrente: una de las primeras cosas que hace la mayor parte de la gente cuando aumentan sus ingresos es mejorar la dieta comiendo más carne, leche y huevos. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé un aumento del 60 % en la demanda de carne, leche y huevos para el año 2050. A mayor demanda, mayores precios. Tanto la FAO como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estiman que el precio de la carne de vaca, cerdo y cordero aumentará en la próxima década el 11%, 17% y 4%, respectivamente.
El caso de la leche
Si continuamos como hasta ahora, con la misma productividad y las mismas tasas de crecimiento del rodeo bovino, tendremos casi 40 millones más de vacas lecheras en 2050. Esto implica mayor consumo de forraje y de agua. Y no logra corregir el déficit. Puesto que ya estamos sobreexplotando los recursos del planeta, aumentar la cantidad de vacas no es sostenible, sencillamente. En la actualidad y a escala global, una vaca produce en promedio 7,5 litros diarios de leche. En las zonas más productivas, esta cifra supera los 26 litros diarios. Según las predicciones de los investigadores, si cada año todas las vacas aumentaran su producción diaria tan solo 140 ml, podríamos subsanar el déficit de la producción lechera y congelar su huella ecológica. Son muchos los países que ya están triplicando y cuadruplicando esta cifra gracias a la innovación.
FUENTE: Ganadería