Es el objetivo del Módulo de alta productividad y calidad de producto de INTA Balcarce. La gran parte de este éxito tiene que ver con la buena implantación y el manejo de los pastos.
En el Sendero Ganadero, espacio dispuesto por la EEA Balcarce junto a la EEA Cuenca del Salado y la Facultad de Ciencias Agrarias en La Nación Ganadera, exponen- en forma estática y dinámica- una serie de tecnologías agrupadas en 9 secciones para los sistemas de producción ganaderos de carne bovina, porcina y ovina.
En el ‘Módulo de alta productividad y calidad de producto’ con el cual se proyecta alcanzar una producción de 1.500 kilos de carne por hectárea por año mediante el manejo de pasturas y ambientes.
“En 2008 nos propusimos desarrollar un sistema ganadería de recría e invernada de base pastoril que sea altamente competitivo. Inicialmente nos planteamos lograr 1.000 kilos de carne en 365 días; ahora creemos que, con algunos ajustes, sobre todo en la alimentación durante el otoño, podemos llegar a los 1.500 kilos”, afirmó el Ing. Carlos Maglietti, de la sección de Nutrición Animal y Calidad de Productos de la EEA INTA Balcarce.
Jorge Castaño, experto en pasturas de la misma Estación Experimental Agropecuaria, describió que “la gran parte de este éxito” tiene que ver con “la buena implantación y el manejo de los pastos”. Aunque aclaró que, “a pesar de ser un planteo pastoril tomamos un complemento funcional; la terminación a corral durante los últimos 60 días”.
El módulo se desarrolló con 350 animales en 70 hectáreas, es decir, una carga de 5 cabezas por hectárea. El 70% de la superficie son pasturas perennes, con diferentes especies por ambientes: en las lomas, festucas mediterráneas consociadas con alfalfas del grupo 6, “lo que permite explotar el lote todo el año, ya que la festuca crece en invierno y la alfalfa en verano”; en los lotes más bajos, festucas puras o consociadas con trébol rojo y blanco. En el resto del lote se produce maíz para hacer silaje de planta entera. “Con esto tenemos la reserva forrajera para el invierno y también material para el corral”, describió Maglietti.
El pasto se fertiliza dos veces al año, a mediados de marzo y “cuando el frío comienza a bajar, en la primera quincena de agosto”, comentó el especialista. De esta forma, la pastura va a tener un brote importante en octubre, anticipando el rebrote estacional de noviembre.
El módulo se complementa con un estricto cuidado de la sanidad, con un monitoreo del rodeo para analizar el estado general de la hacienda y el bosteo, y con “la historia del ternero”, lo que implica conocer su genética, saber cómo fue su cría y el cuidado y nutrición de la madre mientras estuvo preñada.
El sendero ganadero
Para La Nación Ganadera que se realizó la semana pasada, el INTA armó El Sendero Ganadero: un recorrido para dar a conocer las tecnologías que generaron en bovinos las estaciones experimentales agropecuarias de Balcarce y de Cuenca del Salado. El Sendero comienza con la sección forrajes, pasturas y reservas (incluye un capítulo para el control del duraznillo, maleza muy difundida en la región); continúa con las recomendaciones de los especialistas en reproducción, sanidad, alimentación y culmina en una parada donde se instruye sobre cómo se puede afectar menos el ambiente reduciendo las emisiones de gas metano. “La EEA INTA Balcarce es el único lugar de la Argentina donde se hacen estas mediciones para generar índices propios de nuestros sistemas de producción y así poder tener una estrategia política en exportaciones de carne”, comentó el director de Centro Regional Buenos Aires Sur (CeRBAS), Eduardo Ezcurdia.
Fuente: Revista Chacra
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