En la vereda La Selva del municipio de Pereira, se encuentra Jorge Alberto Jaramillo, propietario de la finca La Selvita, hato ganadero, lechero, certificado en buenas prácticas ganaderas. Él asegura que haber sido certificado le ha dado un mayor valor a su comercialización y le ha permitido mejorar su productividad.
“Correcto, lo que pasa es que nosotros de pronto somos un poquito desorganizados y esto nos ha ayudado mucho por la asistencia que nos han dado tanto de la Alcaldía como del ICA y del Comité de Ganaderos; nos han organizado bastante y nos han puesto a llevar unas cuentas reales y muy precisas de qué es el negocio, qué tenemos y cómo lo estamos haciendo, dónde estamos fallando y qué tenemos que corregir”, dice el productor.
Hay dos beneficios directos que notan los productores rápidamente, al realizar un mejor proceso de producción de la leche. “Un mejor manejo de la producción de la leche no has traído una mejor calidad, trayendo con ello que estamos ofreciéndola al mercado a mejor precio”, sostiene Jaramillo.
Rentabilidad
De otro lado, Carlos Andrés Valencia, administrador de La Selvita 2, expresa que mejoraron su precio en un 25%. “Cuando no estábamos certificados teníamos un precio de $800, ahora lo tenemos alrededor de $1000 libres litro; con la certificación, con las ganancias en certificado EPG, de tuberculosis y brucelosis”, aseguró Valencia.
Agrega que la productividad las fincas también aumenta, gracias que a todos los procesos administrativos que realizan son más ordenados y organizados. “Se adapta uno a una mejor rutina de trabajo junto con los compañeros, con el ganado, con la finca”, puntualiza.
Cuestión de decisión
“Inicialmente uno es poquito reacio a ser juicioso, por decirlo de alguna manera, pero realmente no es tan complicado, no es tan temeroso como se veía al inicio; solo se trata de ponerle un buen interés y hacerlo con juicio; todo eso para entrar al mercado de muy buena calidad. Creo que todos deberíamos estar en ese programa de buenas prácticas, no solo ganaderas sino agrícolas y de toda índole”, indica Jorge Alberto Jaramillo.
En ese mismo sentido, se pronuncia Alberto Nieto, líder pecuario del ICA Risaralda. “En la práctica no es muy complicado, lo que pasa es que inicialmente el productor debe romper el paradigma. Básicamente lo más complicado es que el productor quiera”, afirma Nieto.
Después de que el productor se decida a implementar las buenas prácticas ganaderas, la implementación se facilita mucho y se puede lograr en un término de 3 ó 4 meses todo para certificarse, según expone el funcionario.
Predios certificados
En Risaralda se encuentran certificados 150 predios en buenas prácticas ganaderas, además hay otros 450 predios en proceso de implementación de las buenas prácticas, de acuerdo con los registros del ICA.
“La invitación es para que todos los ganaderos implemente las buenas prácticas como un sistema que les asegura la calidad del producto, la producción de un producto sano que no va a enfermar a las personas que consuman sus alimentos. Les ayuda a organizar administrativamente también todos los procesos y procedimientos que se realizan en la finca y les ayuda a llevar registros que permitan controlar todo sobre la productividad y producción tienen”, sostuvo Nieto.
En el Departamento se pueden procesos de buenas prácticas a través del ICA, las alcaldías de Santuario, Pereira, Dosquebradas, la Gobernación y el Comité de Ganaderos del Centro.